JACINTO CONESA GARCÍA, “EL TRANSFORMISTA DE LA CIUDAD DE LA UNIÓN” (1860-1930)
JACINTO CONESA GARCÍA, “EL TRANSFORMISTA DE LA CIUDAD DE LA UNIÓN” (1860-1930)
De todos es sabido que el término transformista no es aplicable a quién en este artículo se refiere, pero si lo analizamos a fondo, bien podría adjudicarse también a la persona de D. Jacinto Conesa, en el sentido de transformación urbanística.
Pocas personas a lo largo de la historia del Municipio de La Unión han dejado tanta huella, como esta figura que aterrizó como tantos otros, en el municipio minero y que a partir de finales del siglo XIX, quiso transformarlo en una gran urbe modernista.
Sobre Jacinto Conesa, se dijeron otros adjetivos como: fino, ilustrado, inteligente o elegante. Sin embargo, no para todo ciudadano de La Unión era así, pues para otros fue un gran cacique con mucho poder.
¿Quién fue Jacinto Conesa?
Jacinto Conesa García, Alcalde de La Unión, Diputado a Cortes y Gobernador Civil, nace en la localidad de San Pedro del Pinatar (Murcia), un Lunes día 2 de Julio del año 1860.
Se instala en la calle Torrijos de La Unión en 1883, cuando contaba con 23 años de edad. Junto a su hermano Juan regenta una tienda de comestibles situada en la Plaza Nueva (hoy con el nombre de Plza. Joaquín Costa).
Jacinto, aquí contrae matrimonio con Ana Mª Martínez Conesa, hija Fulgencio Martínez y de Juana Conesa Albaladejo, hermana del empresario minero local, Juan Mtnez. Conesa (también destacado político, en el Partido Conservador). El matrimonio formado por Jacinto y Ana, no llegó a tener hijos. Estuvieron domiciliados en el 12 de la calle Paraíso, en 1894. Y en 1907 ya en su nueva vivienda del edificio de la “Casa del Piñón”, acogieron a Lucía Martínez Conesa (su cuñada, la hermana de Ana y Juan), así como también a sus cinco hijos. Lucía ese año, ya estaba viuda tras el asesinato de su marido, el médico Pedro Pedreño Solano.
Conesa años más tarde tiene como profesión la de Militar, pero se adentra en la política, primero a nivel local en el municipio donde reside. En el Ayuntamiento de La Unión irrumpe con cierta polémica, siendo Concejal activo, desde enero del año 1890, llega a pertenecer a la comisión preventiva de la epidemia del cólera. Es incapacitado de su cargo como Concejal, durante unos meses, tras comprobarse que había estado ejerciendo como 2º Teniente del Regimiento de Infantería de reserva en Cartagena. De hecho interpone un recurso de alzada, contra un acuerdo del Ayuntamiento de La Unión, que le declaró incapacitado para ejercer el cargo de Concejal de forma incompatible, con la de su plaza como Militar en activo.
Las casualidades de la política, hace que tras la anulación de las elecciones municipales, celebradas en el año1889, Jacinto Conesa se convierta al año siguiente, en uno de los alcaldes más jóvenes que tuvo el municipio minero. Dando así el siguiente paso, a su renuncia definitiva en la carrera militar y empezando su andadura en la política, donde permanecería durante más de treinta años.
Con Jacinto Conesa asoma al poder municipal una generación de dirigentes nacidos en la década de 1860, simpatizantes del sistema canovista que hizo del caciquismo la piedra angular para su implantación y sostenimiento. Sus innegables cualidades personales no tardarían en cautivar al grupo local conservador, al que ya se había vinculado por razón de matrimonio, llegando a convertirse en el Jefe Local del Partido.
Su aparición en la escena de lo público coincide con la inserción del joven municipio minero en las coordenadas de la vida política nacional, viciado bipartidismo regulado por el sistemático falseamiento de los resultados electorales (pucherazo). Desde la Alcaldía, Jacinto Conesa afrontó muchos de los problemas derivados del período de más rápido crecimiento en la historia del municipio unionense, gracias al auge de la minería, La Unión se convertía en la cuarta ciudad de la provincia con más de 35.000 habitantes (1908), pero con el contrapunto de importantes deficiencias el urbanismo, la sanidad y la educación. A la vez, son los años de expansión del movimiento obrero en la Sierra, fenómeno nuevo por su apabullante dimensión, que desbordaría toda experiencia previa.
Ya hubo quien dijo, que La Unión que se conocía en el año 1909, la habían elaborado entre un soldado y un cura, (se refería a D. Jacinto Conesa y al párroco D. Antonio Álvarez Caparrós). Indiscutiblemente, Conesa, fue el político más preparado de su generación y del ámbito unionense. Profundamente creyente del progreso como motor de la civilización, la educación y la beneficencia. Le abalaba una larga permanencia en el Ayuntamiento como Concejal y Alcalde, durante casi un cuarto de siglo (1890-1913), de ahí que fuese gran conocedor de las carencias y de los intereses locales. Llega a ser el primer presidente de la que fuera la Ambulancia de Cruz Roja Española en La Unión desde el año de su fundación 1909.
Fue Alcalde en cinco mandatos: del 22-12-1890 al 1-1-1894; del 21-4-1897 al 20-11-1897; del 20-3-1899 al 1-4-1901; del 19-1-1903 al 1-1-1906, y del 15-2-1907 al 22-11-1909. Sus coetáneos le denominaban el “alcalde ilustrado” y “fundador de La Unión como urbe moderna”.
El Hospital de Caridad, la Cocina Económica, la Casa Rastro, el Liceo de Obreros, el Asilo de Huérfanas de Mineros o el nuevo Mercado Público, fueron las edificaciones construidas e impulsadas, más importantes bajo sus mandatos. De igual manera promocionó la conocida Fiesta del Árbol, para fomentar la plantación, el cuidado y la importancia de la vegetación y arbolado. Dotó la ciudad de alumbrado público por gas, trasladó la Casa Consistorial a un edificio mejor construido (Casino-Teatro “El Progreso”), alineó y prolongó calles, realizó el embovedado de las ramblas del municipio, etc. Precisamente, el número extraordinario del diario conocido con el nombre de “El Pueblo”, correspondiente al año 1904, recogería todos estos datos anteriormente citados.
Durante su legislatura en 1907, y por la persecución de los lugares públicos de sociabilidad popular, como eran las posadas, los cafés cantantes o de camareras. Alza un edicto diciendo:
La Unión.-Con agrado de la opinión pública, el alcalde D. Jacinto Conesa García, ha prohibido en absoluto los cafés de camareras (...) ha ordenado el cierre de varias casas de juego y dado instrucciones a los dependientes de la autoridad para que vigilen constantemente las posadas.
Dos años antes, periódicos como El Liberal, con fecha de 23-sep-1905, nos han dejado relatos como el siguiente, que demuestra el rescoldo antiflamenco que hubo al igual que contra los cafés cantantes que había en La Unión.
La Unión. Café concierto.- Se nos han quejado algunos vecinos, de oír con demasiada voz y no todo lo moral que se desea, a las coupletistas que actúan en el café cantante Mayor, propiedad de D. Salvador Ruiz. Si esto es verdad, esperamos que se corrija la falta.
Reconociendo su labor con el municipio unionense, el Excmo. Ayuntamiento de La Unión, acordaba la concesión de su nombre a una calle principal, la antigua de Alfonso X, así como su nombramiento como Hijo Adoptivo y Predilecto, el día 3 de abril de 1914.
Jacinto Conesa / Aristeo Jacintinos.
Pero no todo fue admiración hacia Jacinto Conesa, al igual que sus homónimos del partido Conservador estableció La Unión uno de sus cotos más cerrados, el interés consistía en asegurar el control político y económico de uno de los núcleos más expansivos de la Región: un formidable vivero electoral conectado con la tupida red caciquil (Cierva en Murcia, Maestre en Cartagena y Conesa aquí).
Federico Albaladejo Bravo, destacado líder obrero, rebelde y republicano escritor, fue quien a través de su obra publicada en 1910, titulada con el nombre de “Poncius Imperator” , relató el dominio del cacicato en La Unión. Para ello utilizaba la suplantación de las identidades de sus protagonistas ( políticos y personalidades unionenses de la época), por trasuntos tomados de la Roma cesarina, haciendo saber los crímenes, las prebendas y las mezquindades de la clase dominante de aquella época.
Aristeo Jacintinos, no era otro que Jacinto Conesa García, un personaje destacadísimo de la trama, fundamental intermediario dibujado como un hábil malversador de fondos públicos y como escrupuloso consejero y sicario del clan Maestre. Mismas acusaciones lanzadas por los enemigos que tuvo y también vertidas por la oposición liberal en el Ayuntamiento de La Unión, acusaciones que nunca pudieron ser confirmadas por la Justicia. Allí, Jacinto Conesa tuvo unos adversarios políticos de peso, como el abogado D. Pedro Ros Manzanares (con él alternó en los cargos de Alcalde y de Concejal de oposición) y el médico D. Pascual Molina Núñez, que fue cesado como director del Hospital de la Caridad, para que cubriera dicho cargo el médico D. Ponciano Maestre Pérez.
Prueba de la tensión, que en el municipio de La unión, siempre hubo entre los políticos conservadores y liberales, se vio reflejada en el supuesto asesinato del médico Pedro Pedreño Solano (cuñado de Jacinto Conesa) y que parece ser confundieron con el verdadero objetivo, Pedro Ros Manzanares, en ese momento Alcalde liberal. El suceso del asesinato sucedió en el portal de la Casa del Piñón (22/1/1907).
Son años en que según las actas, se celebraron sesiones municipales con la sola asistencia de un concejal y el secretario. A cambio de favores políticos (concesiones administrativas) el directorio caciquil recibe contrapartidas de su clientela. Claro ejemplo fue el empresario Celestino Martínez Vidal, señalado como destacado cliente del conservadurismo local y odiado recaudador, de los impuestos municipales. El Ayuntamiento, bajo la legislatura del Alcalde Jacinto Conesa le adjudicó el servicio del alumbrado público de gas, durante 99 años (1891). Además Celestino, era la persona encargada del inquilinato del impuesto sobre consumos en el año 1894. Finalmente, redondeó su trayectoria empresarial al conseguir licencia municipal para la construcción de una plaza de toros, también en el año 1894.
Jacinto Conesa abandona La Unión.
A últimos del año 1913, Jacinto Conesa deja de ser político local siendo concejal del Ayuntamiento de La Unión. Su ciclo como político unionense le sirve para que en 1914 subiera en las filas del partido conservador.
Ese año se marcha a vivir a la ciudad vecina de Cartagena, presentándose a las elecciones de Diputados a Cortes (8-3-1914) en las que obtiene escaño. Después es nombrado Gobernador Civil de la provincia de Córdoba durante tres meses entre mayo y julio de 1919 y en 1921 el mismo cargo pero en la provincia de Zaragoza.
Con la entrada de la Dictadura del General Primo de Rivera en el año 1923-1930, Jacinto Conesa abandona por completo la vida política y más aún dentro de la corriente política conservadora, encabezada por Antonio Cánovas del Castillo (canovista). Desconociendo otra actividad suya después de aquel entonces, Jacinto Conesa García fallece el día 26 de marzo del año 1930, momento en el que el Ayuntamiento de aquella fecha, se suma a la celebración de funerales, con motivo del fallecimiento de quien fue en vida celoso alcalde, de la ciudad de La Unión.
Autor: F.Silvente Glez.
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