LA MANO CRIMINAL QUE DISPARÓ AL ÚLTIMO TREN

Lo que en principio parecía ser una noche más, de aquellas tranquilas, en las que pasajeros habituales de la línea de ferrocarril Cartagena-Los Blancos viajaban hacia sus destinos elegidos se transformó en un incertidumbre sobresalto.
  
Transcurría la noche de un 15 de marzo del año 1899, el tren conocido como "chicharra" partía de la estación. de la vecina ciudad de Cartagena con destino a La Unión, era el último viaje de la jornada, cuando antes de llegar a parada de Alumbres, un disparo de arma de fuego impactaba en el último "bogie". La bala entraba por el cristal, atravesando el vagón de lado a lado, volviendo a salir por el cristal del ventanal, del lado opuesto del vagón de pasajeros. 

Por suerte, el proyectil no llegó a ocasionar ningún daño humano, tan solo daños materiales, la rotura de los cristales. Eso sí, el gran susto que vivieron aquellas veintiséis personas que viajaban esa noche, en el interior del vagón de tren, en primera clase fue inevitable.

Al pasar por la estación del pueblo de Alumbres, el tren se detuvo y los allí presentes pudieron verificar que las sospechas, de que había sido un disparo eran ciertas. Inmediatamente los trabajadores de la compañía ferroviaria y el Jefe de Estación daban parte a la policía,  para que procedieran a las investigaciones oportunas del atentado. 

Los atentados sufridos contra el ferrocarril que unía las ciudades de Cartagena y La Unión, no era un suceso inusual, pues se daban las circunstancias, de que habían sido muchas las veces en las que habían querido atentar contra este convoy. En otras ocasiones había recibido pedradas por parte de delincuentes, sin saber cual era el fin de dichos actos vandálicos. 
“Anoche ocurrió en el camino de La Unión un caso de verdadero salvajismo, una mano criminal disparó un tiro al último tren descendente, que no tuvo, por fortuna, consecuencias funestas. La bala penetró por un cristal del vagón de primera y atravesando el ancho del carruaje fue a salir por el cristal opuesto. No es esta la primera agresión que contra el tranvía se comete. A pedradas ha sido acometido en ocasiones varias, pero la de anoche constituye el colmo de tan criminales atentados.

         El susto de los viajeros fue tan tremendo como natural, porque el vagón iba ocupado por veintiséis personas. El atentado se verificó en las inmediaciones de la estación de Alumbres. Llamamos la atención de la policía sobre este asunto y esperamos que encontrará a los delincuentes para que lleven su merecido.”


Por: P. Silvente

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